Pósters de elefantes
Sensibles, pero de piel gruesa
Orejas grandes, ojos pequeños y trompa enroscada: en una galería de animales es imprescindible los pósters de elefantes. Tras su exótico aspecto y gruesa piel hay una naturaleza sensible y extremadamente inteligente. Por ejemplo, estos simpáticos gigantes están entre las pocas especies capaces de reconocerse en el espejo.
Además, tienen la habilidad de contar a los miembros de su manada, e inmediatamente se dan cuenta cuando se extravía alguno de sus miembros. Suelen vivir en pequeñas comunidades de hembras y crías, donde hay una elefanta de más edad como líder y maestra de la tribu.
La vida en la jungla
La creencia de que los elefantes barritan con su trompa para comunicarse entre sí es tan reiterada como el rumor de que se volverían locos por un mísero cacahuete.
La verdad sea dicha, en pleno desarrollo, estos vegetarianos necesitan consumir unas 250.000 calorías al día. Eso supone un montón de hierba, hojas y frutos (y, obviamente, también cacahuetes, quizás). Los elefantes intercambian, incluso, consejos sobre la búsqueda de alimento para ayudarse entre sí a conseguir sus cinco (mil) al día. Te equivocarías si pensaras que lo hacen soplando sus trompas. En realidad, se comunican con ondas infrasónicas inaudibles para el oído humano.
A gran escala
En los últimos 100 años, el hábitat de los animales terrestres vivientes más grandes del mundo ha disminuido considerablemente. Actualmente, el elefante asiático está, en su mayoría, en India y Sri Lanka, y su homólogo africano vaga por las sabanas, selvas y parques nacionales del continente.
Gracias a su enorme tamaño y a su mentalidad gregaria, nuestros poderosos amigos apenas tienen enemigos en la naturaleza. No es de extrañar que estos gigantes nos provoquen tanta fascinación. Y los pósters de elefantes pertenecen a una jungla urbana tanto como los poderosos leones y las garbosas jirafas.